Instituto Politécnico Tomás Katari (IPTK)

estamos ejecutando cinco proyectos de cooperación que también se van a ver interrumpidos por esta situación y afectan al desarrollo productivo, fortalecimiento organizacional y de capacidades y en el trabajo de defensa del Derecho a las mujeres a una vida libre de violencia de 1.890 mujeres y 1.430 hombres indígenas quechuas de la Provincia de Chayanta y Distrito 6 de Sucre. Los procesos de trabajo en marcha quedan por ahora interrumpidos con el deseo de volver a reanudarlos cuanto antes.

Además el IPTK gestiona en Sucre el Hospital popular George Duez de segundo nivel. Sucre, que es considerada una ciudad pequeña no tiene la suficiente capacidad hospitalaria que pueda hacer frente a la actual emergencia sanitaria, y han decidido brindar el servicio de atención a personas infectadas por el COVID-19. Para ello, necesitan equiparse adecuadamente dado que carecen de ventiladores mecánicos y EPIs; así mismo requieren la mejora de los servicios en el laboratorio. Para ello, nuevamente será fundamental la Solidaridad Internacional sin la cual será complicado equipar este Hospital para que haga frente a esta situación sanitaria que en Bolivia se va a agravar de forma acelerada por las deficiencias y carencias sanitarias existentes. Desde TAU vamos a responder a esta demanda con la aportación de 45.000€ de fondos propios que inicialmente iban a destinarse a otro proyecto del Hospital y dada la emergencia se destinarán finalmente a la preparación del Hospital frente a la pandemia del COVID-19.

También nos sumamos a la denuncia del IPTK ante el cierre total de fronteras a 480 ciudadanos/as que querían volver a su país, entre ellas mujeres embarazadas y niños/as y que han estado retenidos y atrapados en las puertas de su país, concretamente en Haura (Chile) en unas condiciones lamentables que vulneraban sus derechos más básicos. Por ello, nuestro socio local como parte del Capítulo Boliviano de la Plataforma Interamericana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo (CBDHDD), solicitaron la apertura de las fronteras y su repatriación. Esta incidencia ha sido decisiva dado que el gobierno flexibilizó su postura y el sábado 4 de abril repatrió a este grupo de persona ubicándolas actualmente en un campamento en la zona fronteriza de Pisiga, donde cumplirán cuarentena supervisada por organismos internacionales y vigilada por el Ejército.